Miguel Amate

Miguel Amate, un artista pintor y creador de muñecas-esculturas, vivió más de treinta años en su taller-galería en el Marais de París. Se liberó de este entorno para vagar como un nómada por las calles parisinas, buscando estar más cerca de la realidad humana y redescubrir su lado insólito y profundo. También pasaba temporadas en Mallorca. Nacido en Cartagena, España, en 1944, de origen catalán-mallorquín y familia militar, Amate comenzó a pintar a los siete años inspirado por los paisajes áridos y lugares de juego de su entorno. Estudió arte en escuelas religiosas y bajo la tutela de maestros como Don Vicente Ros y Alonso Luzzy, quienes le inculcaron una apreciación por los grandes maestros españoles como Velázquez, Goya y El Greco. Durante los años sesenta, viajó por Europa, trabajando en proyectos artísticos diversos, desde esculturas monumentales en hierro forjado en Suecia hasta pinturas con tendencias psicodélicas en Alemania y Londres. En 1969, se instaló en París, donde fundó una familia y vivió con ellos en su taller. En la década de 1970, continuó su trabajo artístico, creando cuadros relieves y muñecas-esculturas grotescas y sexuales en el sótano de su taller-galería-vivienda. Este espacio se convirtió en el primer museo Artbrutal, atrayendo a un público entusiasta y dinamizando el barrio del Marais. El Artbrutal, surgido en este entorno donde el tiempo parecía detenido y las instituciones tradicionales estaban en declive, cobró vida en el corazón de París gracias a artistas como Amate. Su contribución única a este movimiento dejó una huella indeleble en el paisaje cultural de la ciudad.